Ibiza ha pasado en pocos años de ser una isla rural, anclada en la tradición, a convertirse en uno de los núcleos turísticos más famosos de Europa, frecuentado sobre todo por gentes bohemias y por amantes de la vida nocturna.

Ibiza o Eivissa es una ciudad de gran atractivo monumental y con museos de considerable interés. Sin embargo, la mayoría de los turistas acude a ella en busca del tipismo de sus tiendas y, sobre todo, para disfrutar de la proverbial animación de su vida nocturna.
Portinatx se caracteriza por la belleza de sus calas, rodeadas de pinos y enmarcadas por singulares formaciones rocosas: cala Portinatx, cala de Sant Vicent, cala Xarraca.
Sant Antoni de Portmany ha pasado de antiguo pueblo de pescadores a núcleo de trepidante animación turística, con bellísimas playas y una dinámica vida nocturna.
Santa Eulària des Riu es al mismo tiempo un pintoresco pueblo de pescadores con un hermoso casco antiguo y uno de los grandes núcleos turísticos de Ibiza, con calas inolvidables y una completa infraestructura de ocio y diversión.

El islote rocoso de Es Vedrà está envuelto en la leyenda. Para unos es la isla de las sirenas que atrajeron a Ulises con sus cantos; para otros, lugar de aquelarres y de reunión de brujas. Los más osados lo consideran centro de operaciones de seres extraterrestres.

Participar en la merienda popular que se celebra en el Puig dels Molins el 6 de agosto, con motivo de las fiestas patronales de Ibiza.
Practicar el submarinismo en el tramo de costa comprendido entre cap Nunó y cap Roig.
Viajar en transbordador hasta la isla de Tagomago y subir al faro que se alza en su parte más elevada para disfrutar de hermosas vistas.
Asistir a la exhibición de folclore tradicional que se celebra los jueves del verano en la iglesia de Sant Miquel, en Sant Miquel de Balansat.
Visitar el mercadillo de artesanía de los miércoles en Punta Arabí, cerca de Es Canà.