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Deià,
la predilecta de los famosos
Este pequeño pueblo escalonado en la vertiente septentrional de la serra de la Tramuntana, sobre la recoleta y hermosa cala que lleva su nombre, entró en la historia gracias a los personajes que lo visitaron a partir del siglo XVIII. El primero de ellos fue el archiduque austríaco Luis Salvador, quien compró numerosas posesiones en esta parte de la isla de Mallorca. La de Son Marroig, situada en las proximidades de Deià, está abierta al público y cuenta con algunas salas dedicadas a su antiguo propietario, que fue un gran admirador de Mallorca. Se cuenta de él que daba más valor a la contemplación de Sa Foradada, la roca agujereada de esta parte de la costa mallorquina, que a las cantidades pagadas por todas sus propiedades. En el siglo XIX pasó por Deià el grabador francés Gustave Doré, que fue el primero en realizar un grabado artístico de su zona litoral.
El catalán Santiago Rusiñol, escritor y pintor, puso de moda Deià entre sus amigos artistas y, desde entonces, la villa ha sido un lugar predilecto de los cultivadores de las artes plásticas. Que esta vinculación con el arte no se ha interrumpido se comprueba al descubrir en las calles del pueblo multitud de galerías de arte. En su libro sobre Mallorca, Rusiñol explica que solía reunirse con sus amigos todos los días para contemplar las espectaculares puestas de sol desde la serra de la Tramuntana.
El primer personaje que se estableció de forma permanente en el pueblo fue el escritor británico Robert Graves, quien en 1929 se vio obligado a abandonar su Inglaterra natal por motivos personales y, aconsejado por Gertrude Stein, recaló en esta villa de casas de piedra roja, rodeada de algarrobos y olivos. Graves se hizo construir una casa a la salida de la población y en ella escribió sus obras más conocidas, entre otras Yo, Claudio, sobre la vida del controvertido emperador romano. La reputación de Graves atrajo a Deià a otras celebridades como Ava Gardner, Alec Guinness, Peter Ustinov o Gabriel García Márquez y, poco a poco, la fama del lugar se fue extendiendo por los cinco continentes.
Entre los “locos extranjeros” (según denominación de los nativos de la isla) que residieron en Deià también hay que mencionar a Anaís Nin, la conocida escritora de cuentos eróticos que noveló la historia de María, una lugareña que huyó mar adentro al ser perseguida por los vecinos debido a sus costumbres licenciosas.
La economía basada en el cultivo de frutales y en la pesca, ha sido remplazada en gran medida por el turismo de calidad, atraído por la pléyade de famosos que han visitado el lugar.
 
Deià, en la costa norte de la isla de Mallorca

El cementerio

Se dice que el cementerio de Deià es uno de los más bellos del mundo y, de hecho, es uno de los lugares más visitados del pueblo. En él está enterrado Robert Graves, al que se recuerda sencillamente como “poeta”.