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Remontando el curso del río Saja
65 km  Verano
En un territorio tan montañoso como Cantabria, los ríos, que abrieron hace milenios el camino hacia el mar, son los ejes junto a los cuales pasan las vías de comunicación. Una de ellas discurre junto al Saja, que desemboca aguas abajo de Suances y conduce desde la cosmopolita costa cántabra hacia valles recónditos con pueblos en los que el mundo rural de Cantabria pervive tal como ha sido durante siglos.
Algo alejada del río se encuentra Santillana de Mar, una población difícil de olvidar por sus innumerables atractivos: el recogimiento en la bella colegiata románica, con su claustro cubierto de plantas; el bullicio en sus calles medievales, siempre repletas de turistas; las vacas que sacian la sed en el abrevadero y los palacios con recoletos jardines que se encuentran a cada paso. Muy cerca, las famosas cuevas de Altamira pueden visitarse ahora con libertad gracias a la réplica con reproducciones que se ha inaugurado.
Al lado del río y junto a Torrelavega se encuentra Puente San Miguel, en cuya casa de juntas se gestó en el siglo XVIII la provincia de Cantabria. Un paraje excepcional junto al Saja ocupa el palacio-torre de Bustamante, en Quijas, desde donde se llega a Barcenaciones; allí, en los domingos del verano los puestos ambulantes del mercado ofrecen todo tipo de productos autóctonos. La vecina Luzmela debe su nombre a una novela de Concha Espina (La niña de Luzmela) ambientada en la población, pero los vecinos prefieren el antiguo nombre de Mazcuerras; grandes magnolios escoltan una notable finca de fines del siglo XIX a la que dan nombre.
Ucieda, enclavada en pleno valle de Cabuérniga, es famosa por el cocido montañés que sirven sus numerosos restaurantes y por ser la puerta de entrada al Parque Natural de Saja-Besaya. También Ruente cuenta con una belleza natural destacable: la surgencia de agua conocida como la «Fuentona», y son dignas de atención asimismo sus notables muestras de arquitectura civil, muy distintas de las típicas construcciones rurales de Bárcena Mayor. Esta localidad, que sólo puede recorrerse a pie, es un museo en vivo de la vida rural, con sus casas de piedra y madera adornadas con flores, el lavadero, las cuadras y los hornos de pan.
 
Santillana de Mar

Alrededores: CARREJO (a 5 km de Luzmela), donde se encuentra el Museo de la Naturaleza de Cantabria, situado en el palacio de Ygareda (siglo XVIII), en la popular plaza de la Braña. En él se reproducen distintos ambientes naturales de la comunidad con su flora y su fauna más característica.

Curiosidades: en las calles de Santillana se puede degustar, en mostradores improvisados, leche autóctona con los típicos sobaos de la zona.

También en Santillana, las monjas clarisas venden deliciosos dulces a quienes se acercan a su convento a comprarlos.