TITANIC
Presente
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En septiembre de 1993, seis
ingenieros navales estadounidenses aportaron un dato que,
sin desmentir la teoría del corte, aportaba nuevos
elementos sobre las causas últimas del accidente. Según
afirmaron estos ingenieros en un informe que titularon
"La verdadera tragedia del Titanic", un defecto
en el acero con que se construyó el barco propició su
rápido hundimiento. Aquella aleación de baja calidad
debió experimentar pérdida de resistencia durante su
navegación por las heladas aguas, lo que provocó que el
buque tuviera daños más graves de los que cabría
esperar. Para estos expertos, un acero de mejor calidad
tal vez no habría evitado el accidente, pero sin duda
habría retrasado el hundimiento y permitido la
salvación de los pasajeros. Pero fue en agosto de 1997 cuando un equipo internacional de científicos e ingenieros realizó numerosas inmersiones hasta los restos del "Titanic" y determinó que la teoría del largo corte era incierta. Mediante un laborioso trabajo con sonares, lograron analizar la parte del casco hundida bajo 16 metros de lodo a casi 4.000 metros de profundidad y descubrieron que los daños que causaron el hundimiento eran muy pequeños. En total aparecieron seis pequeñas grietas que sumadas abarcaban poco más de un metro cuadrado. Este equipo considera que los remaches de hierro de las planchas de acero que conformaban el casco se abrieron y produjeron unas grietas del tamaño de una mano humana. La fractura más larga, que tiene unos 11 metros, comunica al menos dos compartimentos estancos. Parece que la combinación del estudio sobre la calidad del acero y el de las grietas explica qué sucedió aquella fatídica madrugada. En fin, otros estudios señalan que si, en lugar de rozar lateralmente con el iceberg, el "Titanic" hubiera chocado frontalmente, el barco habría experimentado graves daños sin duda con víctimas, pero no se habría hundido, al no quedar comunicados los compartimentos estancos. Pero eso es una especulación y lo cierto es que el barco se hundió. Muchos pasajeros ni se enteraron de que el trasatlántico había chocado con el iceberg. Otros sí se dieron cuenta. El tamaño del buque provocó que la gente sólo tuviera conciencia de lo que pasaba en su entorno más inmediato, de tal forma que mientras en primera clase ya comenzaban a arriarse botes, en tercera aún había pasajeros que dormían ajenos a la trajedia. El que sí supo desde un principio el alcance de la tragedia fue el capitán Smith. Dicen que uno de los constructores del barco, que viajaba como pasajero, inspeccionó los daños y profetizó que en dos horas el barco se iría al fondo. Así fue. Sin embargo, pese a la gravedad de la situación, media hora después del fatal encontronazo la vida a bordo continuaba como si nada hubiera pasado. A partir del instante en que Edward J. Smith supo que perdía el barco, ordenó al radiotelegrafista Philips que cesara en sus telegramas y comenzara a emitir mensajes de socorro. Philips lo hizo hasta el final, pues murió en el naufragio. Según una nota del carnet del operador de la estación Marconi en Cape Race (Terranova) citada por la prensa de la época, "el operador del aparato del telégrafo sin hilos del 'Titanic' parece estar en posesión de una gran sangre fría. Sus señales han sido constantemente claras y limpias y ha operado lo mejor posible. Los últimos radiotelegramas recibidos del 'Titanic' son de la medianoche, o, mejor dicho de las 12.27 horas. En ese momento, las señales han cesado bruscamente". Las señales de socorro fueron recibidas en las estaciones costeras de Halifax (Nueva Escocia) y de Cape Race, en Canadá, y por el "Carpathia", un trasatlántico de medio pelo si lo comparamos con el "Titanic", que navegaba a cuatro horas de distancia del lugar del accidente y que puso rumbo hacia allí. Los que no se direon cuenta de lo que sucedía fueron los tripulantes del "California", que se encontraba con sus máquinas paradas a minutos de distancia del "Titanic". Con la radio apagada, no recibieron el "SOS" (hoy suprimido y sustituido por la voz "mayday") y sólo acertaron a ver las bengalas de socorro lanzadas desde el "Titanic", que tomaron por fuegos de artificio. Ellos también creían que el "Titanic" era insumergible. Existen centenares de libros que explican con todo detalle las vicisitudes de los pasajeros durante los últimos instantes del "Titanic". Hay relatos sobre auténticas heroicidades y algunos actos de cobardía. Hay historias sobrecojedoras sobre despedidas en cubierta, sobre los más altos grados de abnegación y sobre la insolidaridad humana. Algunos supervivientes de tercera clase explican que llegaron a ser retenidos con cuerdas por miembros de la tripulación, mientras que otros explican cómo les cerraron con llave el paso hacia la salvación. Sin embargo, pese a tanto relato, lo que sucedió es confuso. En realidad cada uno de los 705 supervivientes contó su particular versión de los hechos dando pie a otras tantas historias. Hay algunos historiadores que incluso han estudiado los hechos sucedidos particularizándolos en los pasajeros de primera clase. No obstante, en uno de los puntos en los que todos coinciden es en que fue un naufragio clasista, sin que quede claro que la política general del barco fuese que se salvacen los ciudadanos pertenecientes a las clases más priviliegiadas. Lo más probable es que fueran las circunstancias históricas y la propia estructura del buque las que propiciaron que se salvase el 60 % de los pasajeros de primera frente al 25 % de los de tercera y el 44 % de los de segunda. En cualquier caso, el número insuficiente de botes salvavidas, unido a un cierto tipo de mentalidad, hizo que la frase "las mujeres y los niños primero" casi se tradujera por la de "los ricos primeros". Pero sería faltar a la verdad si no se explicara que los propios oficiales supervivientes negaron categóricamente que no se intentara salvar a todos por igual, especialmente a las mujeres y a los niños. |
![]() La proa se incrusta en el lodo del fondo Entre las dos mitades del buque hay trozos de unas calderas y en un radio de 950 metros, otros restos del naufragio. ![]() La popa del "Titanic" queda totalmente destrozada tras el impacto con el fondo del mar. |
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![]() La expedición organizada por el instituto Francés del Mar en 1987 consigió realizar 32 inmersiones con el submarino "Nautile" y rescató 1.800 objetos. ![]() Las primeras noticias del naufragio fueron acogidas con estupor, puesto que se creía que el "Titanic" era insumergible. |