Muchas estrellas se caracterizan por una luminosidad constante en el tiempo, por lo menos durante
periodos del orden de los miles o millones de a±os. Nuestro Sol, por ejemplo, forma parte de este tipo
de estrellas bastante estables. Otras estrellas, en cambio, presentan una variaci≤n de luminosidad que
puede ser regular o irregular y que se desarrolla en periodos de tiempo bastante breves: a estas ·ltimas
los astr≤nomos les dan el nombre de variables.
Las variables pueden reagruparse en tres familias principales que enumeramos a continuaci≤n.
1) Variables de eclipse. Se trata de variables impropias. En efecto, la fluctuaci≤n de su luminosidad no
se debe a causas intrφnsecas, sino al hecho que ellas forman parte de un sistema binario (o m·ltiple) en
el que unß componente es peri≤dicamente eclipsada, o mejor ocultada, por la otra. El ejemplo mßs
famoso de este tipo de variables lo constituye Algol, en la constelaci≤n de Perseo.
2) Variables pulsantes. Se trata de estrellas que se dilatan y se contraen, de manera regular o irregular,
casi como un m·sculo cardiaco y que, en el curso de este fen≤meno, experimentan variaciones
apreciables de dimensiones y de temperatura superficial. A esta clase de estrellas variables pertenecen
las Cefeidas.
3) Variables eruptivas. Son estrellas cuyas superficies estßn convulsionadas por fen≤menos como erup-ciones o explosiones, asociadas a potentes variaciones del flujo de energφa dispuesto. A esta familia pertenecen las llamadas estrellas de Flare, cuyos prototipos estßn representados por T Tauri y por UV Ceti.