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1997-02-13
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630 lines
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Boletin de El Libro de Arena
Tema: Relatos Orbita Solar
Puesto o actualizado el 2 de octubre de 1989.
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A R T I F I C I A L E S...
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Todos los pasajeros seguían a través de los monitores instalados en
los camarotes y salones, las maniobras de aproximación al Orbita Solar,
la gente en silencio observaba como se acercaba lentamente el momento de
la conexión con la rueda. Hacía ya un par de horas que la gravedad se
había esfumado y la gente permanecía sentada o tumbada, según las
preferencias, a la espera de poder desembarcar.
La Astrid había igualado las velocidades relativas de traslación y
mientras se acercaba a los tubos de correspondencia, empezó a igualar su
giro. Poco a poco la rueda dejo de girar, o al menos esa era la sensación
que se obtenía desde esa perspectiva, hasta que ambas se mantuvieron
estables con referencia al plano elíptico solar. Segundos antes del
enlace todas los sistemas no primordiales se desconectaron. A través de
toda la nave retumbo un ruido seco y grave y algunos chirridos. Al cabo,
se conectaron de nuevo todos los sistemas eléctricos, y las consolas,
pero sólo ofrecían vistas del interior de la Astrid.
Se oyó un chasquido por megafonía, un carraspeo y finalmente la
conocida voz del capitán sonó en toda la nave.
Les habla el capitán Alves. Hemos enlazado con los tubos principales
del Orbita Solar, son la 930 tiempo del OS. Espero hayan tenido un feliz
viaje. Para aquellos que seguirán con nosotros, les recuerdo que la nave
continuará viaje a la 2000 tiempo OS, tienen por tanto más de diez horas
para visitar este satélite independiente. Gracias por la confianza al
elegir a TRANSRAI en sus viajes. Buenos días.
* * * * * * * * * * * * * *
ANUNCIO ORBITA SOLAR
Junio 2045
De : COMITE DE PROPAGANDA
A : POBLACION CIVIL
Asunto : Llegada nave-correo trans-asteroides ASTRID IV
T E X T O
Tenemos el placer de informar, que la nave Astrid IV, proveniente de
Halihan (República Asteroidal Independiente), con escalas en Nueva
Caceres (IO), Puerto Marte (Orbit Marcian), NuevaKong (República Lunar) y
Sat-Misión (Soberanía Vaticana), ha conectado sus tubos en el hangar
principal 0-AA01 de la zona de atraque. Se ruega a los familiares de los
recién llegados no se agolpen en las dependencias de la Aduana. Esta
noche a las 2100 esta previsto una fiesta de bienvenida de los salones de
recreo Nivel 2-A33 y Nivel 2-F45.
BUEN DIA.
* * * * * * * * * *
Por favor, al pasar por la puerta verde del fondo recojan de las
azafatas que les aguardan el enlace radial. Muchas gracias.
El mensaje se desgranaba con suavidad pero insistentemente, por los al-
tavoces de la nave y las salidas. Las compuertas hacía sólo unos minutos
que se habían abierto pero desde hacia ya rato, la multitud se agolpaba
junto a las plataformas de ingreso en la rueda. Se podían ver familias
enteras, y toda clase de rostros, alegres preocupados, indiferentes... La
Astrid permanecía invisible, apenas se podía vislumbrar su forma, los
tubos de conexión daban directamente a los hangares interiores, dejando
los exteriores a mercancías, menos sensibles a las temperaturas y
peligros de las salas contiguas al exterior.
Zuhan al salir del tubo, se paro unos instantes para observar el lugar,
mentalmente superpuso el mapa tridimensional que tenia grabado en su
cerebro, a lo que veía. Mentalmente dio un suspiro de alivio, su boca de
labios gruesos y demasiado grande según los estandards Halihanos dibujo
una sonrisa. Todo cuadraba perfectamente.
Una vaharada de aire helado le azoto el rostro, hacía mucho frío allí,
observo que los ventiladores enviaban grandes chorros de aire caliente,
pero eran insuficientes para compensar las heladas paredes que habían
estado expuestas al frío del exterior. Las más próximas rezumaban humedad
condensada y aparecían con una patina de gotas en su superficie.
Agilmente, a pesar de la gravedad cero existente, se agacho durante unos
segundos para tocar el suelo. Lo que imaginaba pensó, estamos sobre una
parrilla eléctrica, dedujo por el calor que desprendía, pero mejor
mantener el suelo seco y seguro a pesar del coste energético que suponía,
seguro que saldría más barato que mantener un montón de gente en la
enfermería durante semanas...
Se ruega a todos los recién llegados circulen lentamente y cerca de
la pared hasta salir de la terminal. Si alguien pierde suelo, debe perma-
necer completamente quieto, hasta que nuestro personal se haga cargo de
la situación, queda prohibido despegarse del suelo. Una vez se coloquen
la conexión radial deben acomodarse en el bus radial, que les llevará a
la aduana, ya en zona de gravedad normal.
¿Que es la conexión radial? le preguntó un hombre de pelo muy
oscuro y grandes ojos verdes al que apenas había visto durante el viaje,
con cara intrigada.
Es un pequeño transmisor receptor, que se coloca en la oreja. De esta
forma, y una vez dentro de la rueda pueden guiar al grupo sin tener que
molestar a todos ni utilizar los altavoces, así si alguien se pierde es
fácil localizarlo. respondió Zuhan en voz baja mientras se deslizaban
en dirección a la puerta verde.
¿Tiene usted a alguien que le espere aquí? insistió nervioso su
acompañante, que no se despegaba de su lado.
No, simplemente supe que andaban faltos de ingenieros hidroplasmá-
ticos, cursé la solicitud y me la aceptaron. Zuhan evaluó con una
mirada a su interlocutor, era un hombre bajo, joven como la gran mayoría,
de cara inteligente. Dudó durante unos segundos, intentando averiguar si
aquel hombre era todo aquello que se dejaba ver. Había algo extraño en
el. Resolvió que era difícil llegar a una conclusión y le pregunto...
¿Y usted?
¡Oh yo si! Mi hermana y su marido hace ya más de diez años que están
aquí. ¿Sabe? tengo dos sobrinos nacidos en la rueda. respondió
orgulloso el hombre. Fueron ellos los que me ayudaron a conseguir la
plaza, soy técnico en biología a gravedad cero.
Zuhan sonrió.
¡Claro! pensó Eso es lo que no me cuadraba, se mueve con demasiada
agilidad y precisión en gravedad nula.
Muy interesante ... a propósito, soy Zuhan Altaner, nací en Halihan,
soy ciudadano... bueno se interrumpio, era ciudadano de la Rai.
¡Oh perdone! Soy Elvis Gutierrez, yo hace dos meses que dispongo de
ciudadanía del OS, nací en NuevaKong pero era ciudadano del Vaticano...
Elvis se paró al atravesar la puerta verde. Al pasar junto a las
azafatas, de rostro muy agradable, recogieron los artilugios y se los
colocaron. Se encontraban junto a un andén de un transporte interior
radial, dos de ellos tenían las puertas abiertas y engullían a todos los
pasajeros. Los mullidos asientos del bus radial les recibieron envolvien-
doles casi completamente, sujetandoles de forma delicada pero firmemente.
Apenas tuvieron que esperar, rápidamente se lleno y las puertas se
cerraron silenciosamente. Sin apenas ruido el convoy se puso en marcha, y
perdieron completamente el entorno.
Por favor, dentro de unos segundos, vamos a atravesar el nivel 1 de
granjas y parque, el tubo se hace transparente, la sensación será de
caída en dirección hacia sus cabezas, si lo desean cierren los ojos,
volveré a avisarles, cuando entremos en el nivel 2. sonó una voz, esta
vez en su oído.
Sin apenas tiempo, la luz inundo el compartimiento, hubo algunas excla-
maciones de sorpresa, ya que la gravedad se agudizo rápidamente y
parecían estar donde no debían. Zuhan y su compañero ni siquiera
parpadearon, estaban boca abajo y la tierra parecía que se les echaba
encima. Por suerte para muchos, el bus radial volvió a sumergirse en el
nivel 2 y volvieron a perder el entorno aunque no la gravedad.
Pueden abrir los ojos si lo desean, estamos llegando a la zona de la
aduana.
La voz continuo desgranando ordenes en su oído, había sido asignado al
despacho 36. Allí debería pasar los exámenes, y le harían las pruebas. Su
pulso se acelero, sería el momento de mayor peligro. Aunque debía estar
preparado para lo peor. Lo único importante era el paquete que llevaba
implantado en la región lumbar, debía entregarlo a toda costa.
El bus giró sobre si mismo y se paro de manera suave, los asientos
dejaron de aprisionarles, y salió. La sala estaba brillantemente
iluminada, y la gente finalmente se movía con mayor tranquilidad gracias
a la gravedad que les ataba al suelo. El murmullo de las conversaciones
aumento rápidamente, y la gente se dirigió relajadamente hacia los
pasillos. Zuhan buscó el suyo. mentalmente visualizo su mapa interior y
localizo el lugar fácilmente.
Creo que vamos en direcciones opuestas Zuhan dijo Elvin. Nos
veremos esta noche, y te presentaré a mi familia.
El hombre le miraba algo azorado.
Bien, de acuerdo respondió, despidiendole con una palmada en la
espalda. Te buscare esta noche en la fiesta.
Observo como se alejaba Elvin, le había caído bien. Si sólo era lo que
aparentaba, podría hacerse amigo suyo. Además la biología en cero era muy
importante para Halihan.
Sin prisas Zuhan se volvió hacia su pasillo y lo envocó. Mientras
caminaba apenas se cruzó con gente, todos eran como él, recién llegados
buscando su despacho de aduana. No vio a nadie del servicio de orden,
esto le tranquilizo un poco. Al llegar la puerta se abrió
silenciosamente.
La amplia estancia desplegaba mucha actividad, contenía muchos despa-
chos separados con mamparas, a la izquierda había unos sillones, pudo
reconocer a algunos viajeros de la Astrid sentados allí esperando.
Alguien se le acerco por detrás suyo.
Buenos días señor, por favor sientese y enseguida le atenderemos le
indico una chica muy joven de pómulos rosados, sonriendole amablemente.
Zuhan le devolvió la sonrisa, murmuro una respuesta, se sentó y aguardo
pacientemente su turno. Al menos pensó, la burocracia es la misma en
todos sitios, agradablemente aburrida y previsible. Sin nada mejor que
hacer se dedico a mirar la piernas de la chica que tenía enfrente,
mientras investigaba con discreta precaución todas las salidas posibles
del lugar y volvía a superponer su mapa mental al lugar.
* * * * * * * * * * * * * *
¿Elisa vendrás esta noche a la fiesta? le pregunto Sandra desde su
colchoneta.
¡Por supuesto, piernas largas, no me lo perdería por nada del mundo!
Por fin caras nuevas, que ganas tenía... respondió dandose la vuelta
para que la lámpara le tostase el otro lado.
Cualquiera diría que estas en un desierto le dijo con picardía su
amiga. ¿Por cierto que hora es? me he dejado el reloj en los
vestuarios.
Elisa, una rubia de cuerpo exhuberante y larga melena, rebusco entre
sus cosas hasta que encontro el reloj de pulsera.
Las 1100. dijo.
¡Esferas! debo acudir a una cita, y no llegaré a tiempo dijo Sandra
levantandose rápidamente y saliendo del arco de luz, en dirección a los
vestuarios. Nos veremos esta noche en la fiesta, hasta luego.
Sandra, salió como una exhalación de la cámara solar. Mientras se
duchaba y cambiaba, mascullaba para si.
¡Esferas esferas! debía tener más cuidado, no tenía que encontrarse con
su correo hasta la noche, pero debía estar disponible para cualquier
contingencia que pudiese pasar, estos errores se pagaban caros. Se había
relajado mucho estos últimos meses en la estación. Su doble trabajo
apenas le llevaba más tiempo del normal y sin peligro.
Se seco rápidamente, por suerte su corto pelo de color ébano brillante,
no necesitaba secarlo para que adquiriese su forma habitual, se embozo su
mono de trabajo, puso un poco de color en sus mejillas y salió presurosa
del local.
Tomo un radial hacia el sector de la aduana. Al llegar, se dirigió
tranquilamente hacia un ascensor y penetro en el.
Nivel 1 por favor.
El elevador, completamente circular, arrancó con suavidad. Estaba sola,
el viaje apenas duro 10 segundos, los aprovecho para dar un toque a sus
labios, nunca se sabía... La puerta se deslizo, y salió al exterior.
Respiro profundamente, la brisa le agito los cabellos todavía húmedos de
la ducha. Sin quererse detener excesivamente, camino con tranquilad y se
alejó del cubículo, este al notarlo se cerro de nuevo y desaparecio en
las entrañas de la tierra.
Conecto su enlace radial, a la espera de noticias. Se dirigió paseando
ya sin prisas hacia el bosque de su sector, estaba algo por encima de su
cabeza, pero no muy lejos. En unos minutos estaría en su zona de contacto
de emergencia.
Bien pensó para sí, cuando llego al bosque y penetro en el, aquí
estoy. Esperando que algo ocurra.
Se sentía algo mejor, ahora que las copas de los árboles le tapaban la
visual aérea. No le gustaba contemplar sobre su cabeza las granjas y el
río. Siempre prefería los espacios cerrados, aunque oliesen peor. Se
entretuvo escuchando el canto de los pájaros, nunca sabía cuando eran de
verdad o una grabación para hacer más plausible el lugar.
* * * * * * * * * * * * * *
Ya puede vestirse señor Altaner. Le dijo el doctor Chu.
Este se alejó con parsimonia en dirección a la consola de su despacho.
Zahun emitió un suspiro, mezcla de alivio y desaprobación por los
largos interrogatorios y exámenes que llevaba a cuestas. Salió del scaner
y se dirigió hacía su ropa. Recogió su reloj y lo miro. Eran las 1430 y
apenas había probado bocado, excepción hecha de los insulsos bocadillos
que le habían servido en el primer interrogatorio, desde el desayuno en
la Astrid. Le habían hablado muy bien de la cocina del Orbita, pero esto
era mero plástico biodegradable.
Algo no funcionaba bien, pocas veces los exámenes se alargaban tanto.
Estaba seguro que su paquete era indetectable, al menos para la
tecnología Halihana. Pero llevaban demasiado tiempo con el. Eran
correctos y no había ningún guardián cerca, pero eso tampoco era
tranquilizador al extremo de poder consolarle. Se acerco al despacho y se
sentó frente al canoso doctor, una enfermera entro con paso elástico y
dejo una carpeta sobre la mesa frente al doctor Chu. Zahun permanecio en
silencio mientras este leía las cuartillas de la carpeta. Analizo la
situación, temía iniciar una acción evasora, si desencadenaba su propia
caza estaba muerto, liquidado, y aún apreciaba su pellejo, al menos,
mientras hubiese alguna oportunidad, esperaría.
Chu levanto los ojos y le miro directamente, su voz había cambiado y
era dudosa, Zahun le miro interrogadoramente.
Todo esta bien, señor Altaner, pero hemos detectado un principio
infeccioso en un pulmón y...
El doctor Chu se derrumbo sobre la mesa al ser inmovilizado por una
presa de Zahun. Al oir la palabra infección, una explosión de adrenalina
había disparado todos los recursos energéticos de su cuerpo. Era un Sub y
por tanto un inmune a toda clase de infecciones. Le habían descubierto y
el doctor estaba esperando que llegasen los guardianes. Acelero su cuerpo
y lo puso a una velocidad suficiente para sorprender a todos los que
estaban en la estancia, pero no a la máxima, no quería agotarse en pocos
minutos. Paso como una exhalación bloqueando la única puerta de entrada
al recinto, tocando con delicadeza todos los cuellos de la gente, a su
paso, todos caían al suelo paralizados. Antes de que el último supiese
que ocurría a su alrededor, le toco el turno y se fue al suelo
inconsciente.
Zahun no perdió el tiempo. Fue al fondo de la estancia y arranco sin
contemplaciones la rejilla de aireación. Cuando desaparecio por ella,
todavía acelerado, oyó los primeros ruidos tras la puerta que había
cerrado. Superpuso el mapa mental de corredores de la ventilación y trazo
una ruta hacia el punto de encuentro establecido. Iba justo de tiempo
para llegar al bosque, pero con un poco de suerte podía llegar.
* * * * * * * * * * * * * *
Sandra miro de nuevo su reloj. Las 1455, faltaban sólo unos minutos
para cambiar de lugar, sería bueno iniciar ya la retirada. Por precaución
activo el scaner del enlace radial e hizo un barrido por las emisoras, no
noto nada extraño. De momento todo iba muy bien, sólo había visto a una
pareja paseando entre los árboles a lo lejos, pero no hicieron intención
de acercarse. Se levanto y se sacudió las briznas que se le habían pegado
al mono. Camino en dirección contraria al lugar por donde había venido y
buscó el pequeño indicador del elevador.
Llego hasta el poste indicativo y activo la señal de llamada. Tuvo que
esperar un poco hasta que llego el elevador. Al deslizarse la puerta, se
aparto para dejar salir a tres adolescentes, que salieron sin prestarle
atención, alborozadas y corriendo en dirección al boscaje.
Nivel 3-Z por favor.
La segunda cita era en mantenimiento. Según las reglas este era el
momento en que las posibilidades eran las máximas en cuanto a peligro. El
mejor lugar para perderse era en las oscuras dependencias, largos
pasillos y enormes talleres semivacios.
Mientras el aparato descendía hacía los niveles inferiores de la
rueda. La pantalla, habitual en todos los transportes y cruces del Orbita
solar se encendió, pudo captar al mismo tiempo la misma señal a través
del enlace radial que llevaba aún encendido.
ANUNCIO ORBITA SOLAR
Junio 2045
De : COMITE DE SEGURIDAD
A : POBLACION CIVIL
Asunto : Emergencia nivel 2-P a 2-H y Aduana
T E X T O
Se ha detectado la presencia incontrolada de un Sub, en el nivel 2-
R33. Ha escapado a nuestros servicios mediante los conductos de
aireación. Se le ha perdido en rastro en 2-R24. Las áreas 2-P a 2-H
quedan cerradas al tráfico general. Se han habilitado corredores
alternativos, consulten las consolas de transporte. Todos aquellos que
estén en dichas áreas deben abstenerse de salir de allí. Acudan a los
lugares asignados para emergencias clase VII. Todos los transportes de
dicha área se pararán en la próxima estación. Sólo funcionarán con
tarjetas amarillas de prioridad. Desalojen los más rápido posible las
zonas afectadas. Se ha cerrado todos los conductos de ventilación, la
temperatura subirá unos grados antes de que se restablezca el servicio.
Rogamos disculpen las molestias que les ocasionamos.
Gracias y BUEN DIA.
* * * * * * * * * * * * * *
Salió de la conducción, tal como había previsto en los vestuarios. Por
suerte se hallaba en una zona altamente poblada y le sería fácil
encontrar algo de su talla. Su traje había quedado inservible al
deslizarse por los tubos. Escogió algo anónimo, se cambió y desacelero.
Salió al amplio pasillo y tomo un ramal que llevaba a un nudo de
confluencia. Había gente, pero todos iban presurosos. Se notaba que
habían dado la alarma. Adopto un paso seguro y se unió al río de gente
con paso seguro, sabía el lugar de destino, iba a llegar un par de
minutos fuera de horario, pero debía intentarlo.
En el elevador que cogió, la pantalla brillaba con el aviso de
seguridad. No hizo caso, la gente que le acompañaba, como siempre en
estos casos, prefería mirar al suelo o al techo, otros se entretenían
mirando la pantalla.
Psicología humana pensó sonriendo interiormente, cuando el espacio
vital se reduce, afloran los condicionamientos milenarios.
Cuando llego al nivel 1, no quedaba nadie en el elevador. Salió y se
dirigió directamente hacia la espesura de la floresta. Al llegar al soto,
se cruzo con un grupo de colegialas, estaban cantando y jugando al
flatpale, les dirigió un saludo con la mano. Sabía lo que debía de hacer
y sobre todo su comportamiento tenía que amoldarse a los estandards de la
rueda. Por encima de todo no debía levantar sospechas.
Llego al lugar. No había nadie. Examino con detenimiento el suelo y
observo que hacía muy poco, alguien a quien conocía muy bien, había
estado allí. Sintió una punzada de dolor. No podía dejarse dominar por
las emociones ahora. Acarició la hierba aplastada, aún quedaba un poco de
calor allí. Se levanto, sabía donde estaba ella ahora. Era el momento del
encuentro, no esperado ni querido, pero el momento de encontrarse con
ella.
* * * * * * * * * * * * * *
¡Esferas! mascullo para si Le han pillado.
Nerviosa miro el reloj. Eran las 1502. Era mala suerte, justo en la
encrucijada de dos horarios y dos lugares diferentes. Comprobo donde se
encontraba en la consola del elevador. Suspiro ruidosamente. Había
atravesado la zona paralizada justo unos segundos antes. La puerta se
abrió justo en ese momento en el nivel 3. Como siempre el lugar
permanecía con la mínima luz, sólo se iluminaba a tu paso. No había
nadie, ni se oía nada. Se apresuro, salió y se encamino directamente
hacía el punto de encuentro. Esta vez con la esperanza de encontrar a su
correo allí. Pobrecillo pensó, no tiene ninguna esperanza de sobrevivir
a esto, y yo no puedo ayudarle...
Hacía frío, se notaba que estaba cerca de las paredes exteriores del
complejo. Se apresuro, no deseaba que la viesen por allí, y no quería ser
captada por las cámaras. Finalmente llego, era un pequeño almacén de
trajes de presión inservibles. No se usaban, y se guardaban para piezas
de recambio. Nunca había nadie allí.
Entro cautelosamente. La estancia estaba a oscuras completamente y se
ilumino al entrar ella. No había nadie allí, sólo las fantasmagóricas
siluetas de los trajes colgados ordenadamente en hileras. Abrió una caja
de controles y trasteo unos segundos, la luz se volvió a apagar, dejo
únicamente una luz testigo de situación. Encontró unas cajas y se sentó.
Miro el reloj. Las 1514, estaba seguro que su contacto aparecería de un
momento a otro. Tenía la certidumbre de que para él, fuese quien fuese,
habría sido fácil saltarse las barreras. Se acurruco. Mientras esperaba
comtemplo en la pálida y tenue luz como el aire que exhalaba se convertía
en vapor de agua, debido al intenso frío reinante. No le apetecía nada
estar allí, pero no tenía más remedio.
Empezó a pensar en una excusa para Elisa por si acaso, cuando oyó
ruido de pasos en el pasillo. La luz testigo se apago, fiel a sus ordenes
cuando la puerta se abrió, la luz exterior dibujo una silueta en el suelo
enmarcada por el quicio de la puerta.
Se oyó un susurro.
¿Sandra, estas aquí?
Zuhan entro y cerro la puerta. Los movimientos felinos y rápidos, aún
acelerados del hombre, confirmaron su personalidad a los ojos de la
chica.
Ella volvió a encender la luz testigo y le hizo una seña al hombre para
que se acercará.
Cuando Zuhan se acerco, le vio desacelerar y pudo divisar los rasgos
del hombre, se le heló el corazón. Conocía muy bien la sonrisa que
asomaba de esos labios algo gruesos que tan bien conocía.
¡Dios mío, Zuhan eres tu!
Le devolvió la sonrisa triste, ambos sabían que significaba.
Hace ya mucho que pedí este destino, sólo que no pensé que ocurriese
esto dijo con voz cansada. Hace ya mucho que soñaba con estar de
nuevo contigo, pero algo no ha funcionado como es debido, tienen algo más
perfecto que la última vez, que se envió a alguien. Ahora debo entregarte
el paquete y desaparecer. Quieren información sobre el nuevo proceso de
unión de los BIOS, Halihan esta muy interesada en esa experiencia. Me han
dicho que es de alta prioridad, deberás poner a alguien de confianza en
el asunto.
Mientras hablaba manoseo con las manos de forma incómoda en su región
lumbar, abrió una herida sin sangre y extrajo algo parecido a un trozo de
carne seca. Aquí tienes todo lo que necesitas. Extendió una mano para
darselo.
Ella le miro, sin hacer ningún gesto ni intención de cogerlo.
Multitud de sensaciones y emociones la atravesaban. Allí estaba por fin
el hombre que amaba y debía despedirlo en un adiós cruel y definitivo.
Es mejor para ti que acabemos cuanto antes con esto. Es peligroso, no
se cuanto tiempo les puedo mantener despistados, pero es seguro que no
mucho. Al menos tu tienes un futuro. No hagamos esto más doloroso de lo
que ya es. Fue hermoso mientras duro, lastima que fuese tan poco. Deseaba
decirte muchas cosas, pero será en otro momento... en otro lugar...
dijo aludiendo a una broma común y secreta entre ambos.
¡Oh Dios mío Zuhan! se repitió incapaz de articular palabra.
De repente toda la furia que contenía exploto.
Ya se lo que haremos dijo Sandra con un tono de voz demasiado
agudo. Te esconderé ¡es posible! Esta estación contiene muchos lugares
y será fácil mantenerte fuera de su alcance...
Su voz murió lentamente, se daba cuenta de la inutilidad de sus
palabras, no sólo le cogerían a él, sino que también ella caería y
algunos de sus compañeros.
Se le quedo mirando callada. Sabía cual era la única solución. Todas
las posibilidades estaban programadas.
Apenas sentía el frío que le calaba el fino mono de trabajo. Abrió unos
de sus bolsillos, y descosió un pequeño trozo. Saco una diminuta pastilla
y se la entrego, mientras recogía el paquete y se lo guardaba.
Ya sabes lo que es: "catargo" le dijo con voz monótona. Debes
tomarlo entre el ocho y el nueve. Al menos no sufrirás los estragos de la
descompresión.
Zuhan no dijo nada, no eran necesarias las palabras. La cogió de la
mano y se dirigieron a una de las compuertas exteriores de servicio. El
lugar estaba vacío. Bajaron los agarres y pasaron a la antesala. Sandra
pulso la secuencia de abertura, no hubo conteo, la puerta exterior estaba
asegurada.
Le miro por última vez. Su voz sonó segura.
Recuerda, si el sistema automático se niega a abrir, utiliza la
secuencia manual, en ambos casos, al bajar los agarres se inicia el
conteo, tritura la pastilla entre el siete y el ocho, es lo más seguro.
Se abrazaron, Sandra noto el calor de la piel de Zuhan, este, le dio
un suave beso en los labios y se separó. Le cogió las mejillas entre sus
manos y le dijo.
Recuerda: en otro momento... en otro lugar...
Se separó de ella y entro en la cámara. Sandra se volvió. Oyó los
chasquidos de los cierres herméticos de la antesala al cerrarse. Pasaron
unos segundos y oyó los chasquidos amortiguados de los cierres
exteriores. Cerro los puños en un espasmo de impotencia y contó.
* * * * * * * * * * * * * *
No sabía cuanto tiempo llevaba allí, pero era muy peligroso perma-
necer en aquel lugar, seguramente ya habrían detectado el movimiento los
del exterior y en cualquier momento vendrían a investigar. Pero no tenía
ganas de irse. Parte de su vida se había esfumado por una compuerta.
Cerro los ojos y recordo tiempos pasados...
Imágenes del instituto Sub de Halihan, y de cuando vio a Zuhan por
primera vez. Estaban haciendo practicas en un asteroide desolado por
cuenta del servicio del Rai.
¡Malditos sean todos los humanos con su orgullo! Para ellos somos
ciudadanos de segunda pensó con rabia, no mejores que los monos amaes-
trados, y no tratan como a peones en sus guerras y sus intrigas. Estaba
harta de todos ellos, con sus suficiencias y su arrogancia.
Volvió a pensar en Zuhan, le vino a la mente la misión que habían
desarrollado en Deimos. Se acordó de los días felices en las esferas de
agua de IO, como se sumergían, con gravedades cambiantes en dirección e
intensidad. Esbozo una sonrisa triste. ¡Que felices tiempos aquellos!
Pero eran sub y debían obediencia a los humanos que gobernaban Halihan,
habían sido creados para servir. Todo aquello acabo. El debía entregarse
al vacío para borrar todas las huellas, sólo debían encontrar restos
dispersos de su amada humanidad, ya perdida para siempre y ella... ella
debía actuar según las ordenes, frías y calculadas, sin lugar para la
emoción, como máquinas bien programadas.
Se levanto, había tomado una decisión. No les debía nada a los fatuos
humanos, que se quedasen con su mundo y se revolcasen en su propia
porquería. Levanto los agarres, esta vez si hubo conteo. La compuerta
exterior estaba aún abierta. Finalmente se deslizo y entro dentro, bajó
los cierres de nuevo de la compuerta interior y se quedo mirando por el
tragaluz del portón que daba al espacio profundo. Estaba aislada, fuera
de lugar y de tiempo. Rebusco en su bolsillo hasta que encontró una
segunda pastilla. Estaba a un paso del infinito. Se la puso en la boca,
tuvo un momento de indecisión y duda. Sus manos se apoyaron en los
cierres sin decidirse a bajarlos. Con un golpe seco los hizo descender.
Las luces pasaron del verde al rojo. Se inició el conteo, los números se
iban iluminando lentamente, completando la secuencia de abertura de la
compuerta exterior.
Uno... dejo deslizar su mente hacía el pasado, hacía su niñez sin
padres pero con muchos hermanos, los juegos, las excursiones.
Dos... rememoro las bellezas de Júpiter, aquellas inmensas tormentas
que amenazaban llevarla sabe dios donde.
Tres... el tiempo empezó a correrse hacia el rojo, todo se hacia más
lento. No podía evitar esta impresión subjetiva.
Cuatro... recordó a sus amigos, sus risas, los buenos momentos, los
dulces momentos. Sonrió. Los ojos se le iluminaron bajo los recuerdos.
Cinco... su primer amante y como descubrieron todos los secretos de sus
cuerpos, sus risas al acelerar y ralentizar las energías de sus cuerpos.
Seis... tengo miedo... Tenemos las mismas emociones, sentimos lo mismo
que ellos, tengo los mismos temores que ellos. He nacido en un
laboratorio, pero el final es el mismo para todos. ¿Porque nos hacen ser
diferentes? ¿Porque desean que seamos sólo animales?
Siete... Zuhan... la cara se le dulcifico, las últimas vacaciones y
las mejores. Al acabar una misión en Tierra, la única vez que pudieron
tostarse al sol sin peligro de radiaciones nocivas. Sus cuerpos
bronceados. El mar azul y enorme, las rocas, las olas, el perfume marino
y la mirada profunda e intensa de Zuhan... La arena, la paz y la calma.
Sus risas, su piel, su amor... Era otro momento y otro lugar.
Ocho... mordió la pastilla y un huracán helado se extendió por sus
mejillas. Se expandió por su cuerpo. La gélida dulzura la abrazo y la
conforto. Se alejó de si misma. ¿Que hay tras la puerta?
Más allá el vacío... la negrura infinita.
** ** ** ** ** ** ** ** ** ** **
ARTIFICIALES..., por Ricard de la Casa. 28/09/89
Copyright 1989 de Ricard de la Casa. Reservados todos los derechos.
Fin del boletin, gracias por leerlo.