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1999-05-27
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221 lines
E L C A N T O M I S E R A B L E (The Miserable Song)
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Il fait dejà un puñao chico de meses que, de copas por la ignominiosa
secta de los Rosacruces Hiperbólicos, me tropecé en uno de sus fumaderos
de opio con una polvorienta partitura, cubierta de polvo y casi destruida
por la póstuma juerga nocturna de la noche anterior.
Se trataba de un canto miserable, odiado por unos y aborrecido por
otros de más allá.
Yo, en verdad, carezco absolutamente de conocimientos musicales (la
verdad es que carezco de todo tipo de conocimiento); pero me apasiona en
tal extremo la música que, aún sin comprender ni jota puta, mantengo a
menudo en mis apéndices manuales una partitura de música electrónica de
desarrollo neologarítmico integral hasta que ésta se pudre por mera
intermediación de ciertas bacterias pudritorias.
De acuerdo con mi obsesión pudritoria, hojeé los libretos, siendo lo
primero que me apeló la atención el que la palabra hebrea "Zakavao", que
se agrega a la obra para hacer notar que esta ha finalizado de forma
brusca, aparecía, como era desperar, al término de la escritura. Pero,
como los teóricos de la materia afirman, la obra no debería de acabar
después de un doble contratiempo alternando subdominantes de re
disminuidos un quinto de cerveza, significando eso una sóla cosa: la
composición pudritoria no estaba finiquitada.
Al principio sólo fue ese percance el que me telefoneó la atención.
Más tarde, pasado lo anterior y tras papearme un filete de ternera
rebozado con pan de higo rallado a la marinera y remojado con una buena
Pichi Cola del tiempo, observé que aún permanecía en el escrito algo que,
a buena lógica, no debería de encontrarse en una invención como un canto
miserable; ya que parte del todo de la obra estaba escrita en cirílico
obtuso del norte, con expresiones como "Runy casca el melocotón con un
peyate de juguete", "Anselmo se desnuda en un campo de coles" o "Lava la
campanilla de tu cápsula de Bowman cuando tu padre te asesine con un
amasijo de uñas verdes". Y la que más espasmo me causó fue la que rezaba
"Los sones de esta canción son mocos espolvoreados de carroña
derretida... yeah!"
.- Hey! Gusano! Sabes tú, por una remota casualidad, que significa
esto? - Interrogué a un podrío viejo que me acompañaba en mi merienda, al
terminar de cuasi traducir lo que aparece en la parte anterior del guión,
que parecían palabras dichas por un personaje ciertamente singular.
El repugnante ser viejo comenzó a balbucear, con traqueteo de dientes
y salpicar de salivas entreveradas, la historia que a continuación paso a
narrar seguidamente ahora mismo en el siguiente párrafo del guión
literario.
Il fait dejà un puñao chico de años, en una noche tan oscura y húmeda
que cualquiera hubiera jurado que se trataba (sólo por el parecido
metafórico del símil propuesto) de una noche oscura y húmeda, arrivó al
portón berebereno (tipo de puerta ojival con intersección metaespinada en
el culpé superior) de la secta de los Rosacruces Hiperbólicos un nómada
charlatán que nos intimidó permiso para así poder secar sus ropas,
oscuras y húmedas (tan oscuras y húmedas que cualquiera hubiera jurado
que se trataban -sólo por el parecido metafórico del símil propuesto- de
unas ropas oscuras y húmedas), así como un pertrechado techo donde poder
arrojar al catre sus oscuros y húmedos huesos, tan oscuros y húmedos
que... bla, bla, bla... para, a alba siguiente, continuar su camino. Y
bien: el sectario de guardia le propinó todo lo pedido por el navegante
terrestre y le plasmó un pregunto en todo el frentamen, diciendo lo que
sigue acá debajo:
.- Y bien, hermano mío, cuentame, aquí a mis oídos de carne y pellejo
humano, por cual extraño sino tu alma nerviosa encamina a tu cuerpo por
las sendas labradas por el dios Darriva por este mundo oscuro y húmedo,
tan oscuro y húmedo como todo ser humano tiene conocimiento de ello.
.- Mira, gusano. Yo, así a vastos rasgos y definiciones poco
elaboradas, me puedo llamar, y puedo hacer que me llamen, como el que con
manos hábiles y mente despejada de oscuros y húmedos pensamientos es
capaz de conjuntar en una sola esencia ambas de las dos cosas, surgiendo,
como si de un manantial de rica leche y miel de abeja de aquellos lares
donde se oculta el Sol las noches de cielo marmoreo... vamos, que soy
músico (respondió el interpelado).
.- Escucha, anciano (continuaba el menda). Yo fui dado a luz a diez
mil leguas de acá. De joven, y gracias a mi música, fui capaz de encender
tanto las pasiones más ardientes como las más oscuras y húmedas. Tan
oscuras y húmedas que a raíz de estas pasiones tan ardientes que me
arrastraron, como vórtice desenfrenado y sin frenos que frenasen lo
frenado, a un crimen de horribles proporciones (187 por 30). Ahora ya han
pasado los años por todos los sitios a la vez y quiero redimir este
crimen siendo bueno, no diciendo palabrotas y utilizar mi música, antes
utilizada para el mal, ahora para el pior. De esta forma, mi destino y mi
ser han escogido a dúo, como forma más apropiada a esta manifestación
ideológica, el estilo de composición atonal del canto miserable. Es por
ello que, intentando expresar lo más miserable que pulula por mi
interior, he viajado de aquí a allá, de allá a aculla, de aculla a por
ahí y de por ahí hasta aquí pasando por allá, por acá, por alá y por
enrrollarme ya lo he hecho en demasía, buscando otros cantos miserables
en que poder yo inspirarme para componer el mío propio y poder de aquesta
forma y manera utilizar ahora mi música no ya para el mal, sino para el
pior. De todas formas y de todos los cantos miserables (y digo todos en
sentido absoluto del significado suyo que él mismo tiene) que escuché,
ninguno me pareció lo suficientemente miserable como para soportar con la
debida dignidad el alias que lo califica en el terreno de la miseria.
.- Habéis pues oído el canto miserable del monasterio de San Pablo de
Compostura, hermano de sones? (preguntó el anciano)
.- Cómo dice usted?
.- Que si vos no conocéis el canto miserable de un monasterio cercano
de la región de acá, conocido por todos (y digo todos en sentido fonético
y sonoro) los del pueblo y parte de los que lo saben de la montaña como
el de San Pablo de Compostura.
.- Ciertamente desconozco la existencia de tal composición.
.- Sólo es sabida por lo conocedores de la leyenda pero, si alguién
forastero desea investigar, pocos de los conocedores hablarán sobre ello
si no es bajo estado de tortura u orgasmo.
.- Podría usted contar a un pobre gusano, como lo soy yo, la leyenda
que vos mismo afirmáis conocer?
.- Como no, pobre gusano!
.- Proceded a ello, noble caballero.
.- Bien. La cosa fue que los monjes del monasterio de San Pablo de
Compostura fueron violados y asesinados a manos de unos violadores
asesinos, que luegon quemaron su monasterio, un veintiocho de diciembre,
tal y como hoy, y huyeron al norte. Y dicen, algunos de los pastores que
labriegaron por aquellos parajes los años siguientes al suceso, que a la
misma hora y fecha en que se produjeron los hechos se vislumbraban unas
ectoplasmáticas luces entre los ventanales derruidos a la vez que la
campiña era invadida por un peculiar canto miserable, en verdad
miserable.
.- Y decís que el acto se repite a las mismas fechas?
.- Sí, según afirman los que lo dicen.
.- He de ir esta noche a escuchar auditivamente ese miserable canto
miserable.
.- Loco, loco, loco... (gritaron los lugareños que rodeaban la
conversación).
Tras dos o tres horas de camino (según la celeridad del paso del
tipo), el cantaor al que llamaban loco en la secta de los Rosacruces
Hiperbólicos, llegaba al quicio de la puerta principal de las ruinas del
monasterio de San Pablo de Compostura.
La lluvia había cesado (había lluvia?). La noche era tan oscura y
húmeda que cualquiera hubiera jurado que se trataba (sólo por el parecido
metafórico del símil propuesto) de una noche oscura y húmeda. Las nubes
flotaban, como suelen hacer, en los oscuros cielos; sin poderse
distinguir en la húmeda oscuridad si eran nubes o trozos de morcilla
adulterada. El viento era tan fuerte que trozos de morcilla adulterada
salían volando, siendo confundidos con las nubes que flotaban en los
oscuros cielos. Pero, incluso a pesar de lo tétrico, tenebroso, pavoroso
y paranormal del contexto, nada hacía venir a la mente nada sobrenatural.
Se sucedió el tiempo, como se sucede una defecación a otra a lo largo
de la vida, y nada extraño contaminó el ambiente.
Al cabo de un rato, más o menos largo (según su longitud), se
terminarón de escuchar unas lejanas campanadas que indicaban que la hora
de la aparición era inminente, tan inminente como Einstein, que era un
inminente sabio. Y justo en el casual instante en que la reverberación
ambiental de la última campanada hubiese desaparecido todo comenzó a
hacer tal ruido (por lo elevado y panicante) que incluso se escuchó a un
tiro de piedra de allá. En unos minutos pasaron unas horribles escenas
que no voy a describir por respeto a los estomagos más sensibles y sonaba
insesante en el aire ese horrible canto miserable que en gran medida
hacía merecida cuenta de su calificativo. Todo ello se vio envuelto en un
sorprendente derroche de luces y efectos especiales.
Al siguiente día los sectarios de los Rosacruces Hiperbólicos
asistieron a la llegada del pobre musiquillo, con lívida expresión,
pálida tez y facciones albas.
.- Oísteis el canto miserable?
.- Eh?
.- Que si escuchastéis el canto miserable?
.- Qué canto?
.- El miserable!!!
.- Quién es el miserable?
.- No sabe lo que se dice?
.- Cuando no sabe lo que se dice?
.- Lo ves?
.- No, el qué?
Y a partir de aquel día el mendrugo individuo vivío sin pronunciar
palabra. Sólo se contentaba con estar encerrado en su celda, componiendo
su canto miserable; que eternamente escribía, borraba, corregía y
reescribía, hasta el día de su muerte en que, en su lecho de agonía, y
con palabras entrecortadas, exclamó: "Al lo menos durante mi oscuro y
húmedo paseo por esta vida he descubierto dos cosas importantes: que
nunca he sabido lo que era un canto miserable y que he descubierto dos
cosas importantes...".
Z A K A V A O
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(C) by FREDIUS DARDE
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