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Greixonera

Dulce y salado: esa mezcla de sabores, sea en carnes o pescados, característica de la cocina mediterránea, lo es especialmente de la cocina balear. La greixera es la cazuela de barro en la que se cocina con manteca de cerdo cualquier alimento y de la que toma nombre el plato cocinado. Existen varias versiones para preparar una greixonera o greixera. Hay la greixera de huevos, cuyos elementos básicos son el cordero, hortalizas como puerros, zanahorias y tomates, más las patatas y el tocino. Para su elaboración, todos estos ingredientes, muy desmenuzados, se reducen a fuego lento y al final de su cocción se añaden tres medios huevos duros. Pero la que recuerdo con mayor dulzura es la ibicenca greixonera de brossat, que se elabora con ensaimadas, leche, azúcar, canela, huevos y limón, conformando una pasta deliciosa pero rotunda. La de la receta es de pasta, de macarrones, fácil y sabrosa.

Ibiza es una isla que lo ha experimentado casi todo a lo largo de su historia. Como es la isla más cercana a la península, concretamente al litoral levantino, encontramos fundamentos de cocina árabe, contagios de la cocina romana y, sobre todo, algunos elementos de la cocina española antigua, muy bien conservados gracias a su aislamiento insular, y valga la redundancia. Es como reencontrarse con los viejos recetarios.

Pero permítaseme un lamento. Es triste comprobar que precisamente lo que ha hecho que la cocina de esta isla fuera conocida y apreciada, es decir, el turismo de toda índole, se haya convertido en su mayor amenaza, al atentar contra la rica tradición y conservación de numerosos platos. Al turismo se suman las nuevas costumbres nutricionales: es cierto que se trata de una cocina a la antigua, luego rechazada por la mayoría de gente, que prefiere una cocina dietética a disfrutar de una greixonera con pies de cerdo y una chispa de canela, plato consistente y redondo donde los haya, de nuestra mejor cocina mediterránea.

Fijémonos que pueden existir greixoneres de primer plato, con caracoles; de segundo plato, con cordero, conejo, pies de cerdo o de berenjenas rellenas de carne o de pescado, y también, como he dicho, la de brossat, greixonera de mis amores, deliciosamente dulce y capaz de saciar el apetito más voraz.


Ingredientes. (para cuatro comensales)

- 400 g de macarrones
- 150 g de queso mahonés rallado
- 150 g de mantequilla
- 2 1/2 dl de leche
- 4 huevos frescos
- sal
- canela en polvo

Tiempo de realización: 45 minutos

Receta

1. Hervir los huevos en agua y un poco de sal, durante 12 minutos. Dejarlos enfriar.

2. En una olla con abundante agua y una cucharadita de sal, hervir los macarrones, durante 10 minutos, y escurrirlos.

3. Poner nuevamente a cocer los macarrones en la leche, previamente calentada, hasta que queden bien secos.

4. Añadir entonces las tres cuartas partes del queso, sazonar con canela y un poco de sal, mezclarlos bien y verterlos en una greixonera o cazuela de barro.

5. Cubrirlos con el resto de queso rallado; espolvorearlos con canela por encima.

6. Colocar los huevos duros, pelados y partidos por la mitad, sobre los macarrones, encima de cada medio huevo poner un poco de mantequilla y repartir sobre los macarrones.

7. Gratinar en horno bien caliente. Servir enseguida, al sacarlos del horno.