Introducci≤n Platos tradicionales Quesos Tapas  
Rías Baixas
La Denominación Rías Baixas abarca el sur de la costa atlántica gallega y parte del curso del Miño en la frontera con Portugal. Es la patria histórica de la variedad albariño, que ocupa una gran parte del viñedo y cuyo nombre muchos confunden con el de su zona de origen. Como denominación, está en crecimiento desde su fundación a finales de los años ochenta. A las tres subzonas iniciales (Condado de Tea, Val do Salnés y O Rosal) ha incorporado con el tiempo dos nuevas (Val de Ulla y Soutomaior) y ha visto el número de bodegas acogidas multiplicarse por más de diez en este período.
La clave de su éxito reside en la fama de esta variedad, capaz de producir vinos interesantes y aromáticos en un momento histórico como la primera mitad del siglo XX, en el que la mayoría del blanco español resultaba neutro e insulso. El uso de técnicas modernas de elaboración, que respetan la viticultura tradicional, el buen y fiel mercado interior –que se bebe casi un 70% de la producción total– y las marisquerías gallegas repartidas por toda España han hecho el resto.
Las particularidades climáticas de estas zonas, con bastante humedad y lluvias y unos suelos predominantemente ácidos, condicionan la viticultura, y ésta, el paisaje. Existe una gran tendencia a las pequeñas propiedades y en ellas las viñas se cultivan, muchas veces, en altos emparrados que se apoyan sobre “postas” de granito, lo que favorece la insolación, aireación y sanidad de los racimos.
La denominación ampara varios tipos de vinos. El más conocido es el blanco varietal de albariño. El Rías Baixas ampara una combinación de variedades, que también pueden ser tintas y, si pasa por roble, puede acogerse a la mención “barrica”. Mientras que las contraetiquetas con los nombres de las subzonas se reservan para vinos elaborados sólo con uvas de estas comarcas y un mínimo del 70% de albariño, loureira y treixadura. La DO tiene ahora ante sí el reto de lograr vinos más complejos y longevos, experimentando con la mezcla de castas, la crianza en roble, el envejecimiento en depósito o la vendimia tardía.
Entre las bodegas destacadas podrían mencionarse, entre otras, Adegas Galegas, Palacio de Fefiñanes, Martín Códax, Terras Gauda, Gerardo Méndez, Fillaboa, Lusco do Miño, Pazo de Señorans, Santiago Ruiz y Valdamor.
 
Son muchos los que identifican con el nombre de su variedad de uva estrella, albariño, esta conocida denominación gallega, que tiene ante sí el reto de lograr vinos más complejos y longevos, experimentando con la crianza en roble, el envejecimiento en depósito o la vendimia tardía.
Situación geográfica y extensión: 2.390 hectáreas en la provincia de Pontevedra y algún municipio en la de La Coruña.
Algunos términos municipales incluidos: Padrón, Caldas de Reis, Vilagarcía de Arousa, Ribadumia, Cambados, O Grove, Sanxenxo, A Guarda.
Consejo Regulador: Cabanas. 36143 Salcedo (Pontevedra). Fundado en 1988.
Página Web: www.doriasbaixas.com
Variedades de uva: Blancas: albariño, caíño, loureira, torrontés y treixadura. Tintas: brancellao, caíño, espadeiro, loureiro, mencía y sousón.
Modernas cubas de acero inoxidable para la fermentación de los vinos en la DO Rías Baixas.
¿A QUÉ SABE UN RÍAS BAIXAS?
Los albariños son blancos de mucha frescura que pueden tener gran suavidad en boca y un carácter amable y chispeante, cuyo aroma recuerda a frutas como la manzana madura, el membrillo, el albaricoque y también sensaciones vegetales y florales. Los vinos varietales o aquellos en los que esta variedad predomine serán aromáticos, suaves y levemente golosos, con una viveza característica. Si sus cualidades se complementan con loureira, treixadura y otras castas autóctonas, su carácter se hace más profundo y complejo.
Los vinos tintos de la comarca, poco importantes en cuanto a la cantidad que de ellos se elabora, son refrescantes, ligeros y muy personales. Tienen aromas frutales intrigantes, notas vegetales frescas y recuerdos a flores y especias.
MARIDAJE
Los blancos gallegos más famosos son el tradicional acompañamiento del marisco y los pescados de las rías. Un albariño monovarietal sencillo va bien con ostras, almejas al natural, berberechos, mejillones cocidos, nécoras o pescados blancos tipo lenguado. A mayor complejidad del vino, mayor complejidad del alimento. Los de cepas viejas o vendimia tardía están a la altura del sabor yodado de los percebes, los erizos, el caviar y hasta la untuosidad del foie. Los que añaden al albariño otras uvas (loureiro, treixadura, torrontés…), adquiriendo por tanto mayor complejidad, pueden servirse con centollo, langosta, merluza a la gallega o carabineros. En tanto que los fermentados en barrica o con años de envejecimiento en depósito piden pescados salseados o más grasos y carnosos como el rodaballo o el rape, e incluso alguna carne blanca servida fría o un queso de tetilla.